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El gigante de la tormenta en la mirada
30 Apr 2015

El gigante de la tormenta en la mirada

Una vez oí decir que a la pregunta “¿por qué la amas?” la única respuesta que cuenta es “porque no podría no amarla”. Algunos eligen su profesión porque consideran que tiene futuro en el mercado laboral, otros – porque tienen una que otra cualidad que puede resultar útil al ejercerla, otros – yo soy una de esas personas que siguen creyendo en que el altruismo existe – se preocupan por alguno de los problemas de la humanidad y quieren intentar hacer algo al respecto. Pero también están los que hacen lo que hacen porque nacieron para hacerlo. Está escrito en cada una de sus células y su vida de otra forma no tendría sentido. Y aunque, por lo general, esos casos tienen que ver con las formas más elevadas del pensamiento y la expresión humana – filosofía, pintura, música – por muy paradójico que parezca, su origen, en mi modesta opinión, está más relacionado con la naturaleza que con el hombre. La oportunidad de una entrevista con Emir Kusturica es, leer más...

Juegos peligrosos
14 Apr 2015

Juegos peligrosos

La mayor parte de los personajes que interpretó Mihalkov son, de una forma u otra, talentosos manipuladores. Esos que contestan con una pregunta, que tienen un buen chiste para cada ocasión, que saben hacerte sentir incómodo en cinco minutos dando vuelta a las cosas de tal forma que, incluso en el caso de tener toda la razón, terminas pidiéndoles disculpas. Y después de haber tratado con él, te vas sin haber recibido nada y, por alguna razón, con los bolsillos vacíos. Particularmente, siempre he tenido la sensación de que ésa es una característica que va más allá del guión: no son los personajes, es él. No se puede decir que ese es el interlocutor que uno hubiera soñado… y, sin embargo, ¡era Mihalkov!  leer más...

Caricias etéreas
11 Apr 2015

Caricias etéreas

La primera vez que vi “Los amantes del círculo polar” me quedé varios días envuelta en su atmósfera. Algo muy particular que no sabría como definir. Un lugar alejado, inmaterial, a miles de kilómetros de la tierra, entre nubes rosadas, que acarician rayos de una luz tenue, sosegada y transparente. Y allí, en las alturas, se desenvuelve una historia que no tiene la intensión de cambiar el camino de quienes hayan de oírla, sino que, se cuenta, simplemente, con el objetivo de compartir una de esas cosas que hacen que la vida sea maravillosa. Una creación circular que no empieza ni termina, y que, sin embargo uno no podría llamar incompleta porque es perfecta – cada palabra, cada imagen, cada gesto en su justa medida y en el sitio adecuado, cualquier cambio podría estropearla. Debe ser por eso que da la impresión de ser extremadamente frágil. leer más...